Uberto Stabile
A quienes
llegáis por vez primera, a quienes nunca os habéis ido, a todos los
que compartieron este viaje, que va para veinte años, y a quienes
lo seguís haciendo en la distancia, a todos los que habéis creído
y crecido en esta aventura: bienvenidos.
En nombre de
quienes creemos en vuestro trabajo y compromiso, en nombre de quienes
os seguimos y esperamos año tras año, de quienes nos volcamos para
que vuestro paso por Punta Umbría sea una huella inolvidable, os
deseamos el mejor de los encuentros.
En estos
veinte años hemos visto nacer, crecer y morir muchas editoriales,
revistas y publicaciones, hemos aprendido a convivir, a conocer, a
compartir espacios y sueños, trincheras e ilusiones, pero sobre todo
hemos aprendido que ninguna renuncia es gratuita. No he visto
todavía en el mundo de la cultura tanta generosidad, imaginación,
osadía y dignidad, como la que derrocháis en cada uno de vuestros
proyectos y visitas.
Desde este
plural, en el que todos caben, os convocamos a que nada ni nadie
apague la llama con la que nos habéis iluminado en estos años, que
no siempre han sido fáciles. En el silencio de un mundo adverso,
incluso a veces hostil e incomprensible, vosotros habéis alzado la
Palabra - recordad- contra el cielo de Bagdad, contra la negra marea
de Aznalcollar, contra la vergüenza de esas pateras que naufragan,
todavía, en el estrecho de nuestra conciencia, y contra todos los
desahucios morales e infames, y contra quienes los amparan y
justifican. Nunca será fácil conciliar la belleza con la verdad, y
a pesar de ello os habéis empeñado en coronar imposibles: gracias.
Gracias por demostrarnos que no todo tiene un precio, por otorgarnos
la posibilidad de un mundo diferente, frente a la tiranía y la
mediocridad del discurso único, del servilismo, de la ceguera, del
oportunismo y la corrupción, gracias por vuestro compromiso sin
condiciones, por entender, como escribió Shakespeare, que solo
envejecen aquellos que no se alimentan de los sueños.
Vuestro
trabajo y atrevimiento no son ajenos a todo esto, ni han caído en
saco roto. Desde el arte correo, a las performances, desde la poesía
visual y las revistas digitales a las redes sociales y los sellos
independientes, desde los fanzines musicales a las revistas de arte
objeto, desde las alianzas de editores independientes a los blogs y
los portales solidarios, desde Saltillo a Don Benito, desde Almería
hasta Berlín, vuestro trabajo es un ejemplo que nos ayuda a
construir la realidad con otros materiales, no perecederos, esos
mismos que han alimentado durante siglos la necesidad de un mundo más
justo y solidario.
No importa
si nuestros nombres no son recordados, lo que entre todos hemos
forjado no lo disuelve el tiempo ni el olvido
Que nadie se
sienta extraño aquí, en este espacio compartido, Edita es tan sólo
el nombre de un lugar común, dónde siempre nos hemos tratado como
iguales. Y en esa convicción de que el arte no es ajeno a la vida, a
los hombres y mujeres que somos, seguiremos trabajando para que el
mundo y la cultura no sean de un solo color, de una sola forma o un
mismo tamaño.
Por eso,
porque somos pequeños editores, la historia nos quiso grandes, a
imagen y semejanza de nuestros sueños, y el futuro, lo sabéis, es
de quien lo sueña. Gracias
bueno, parece que han hecho falta 20 años
ResponderEliminarpara que sepamos ordenarnos en una foto
felicidades
y a por 25 años más!
Muchísimas gracias, Uberto, por sostener, año tras año, ese milagro llamado EDITA. La cultura en español tiene una deuda contigo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe parece una magnífica iniciativa, ¡ojala! en Venezuela hubiese algo igual...
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