martes, 12 de marzo de 2013

edita mon amour



Pensar, decir, hacer, compartir Edita, es una de las convocatorias más bellas de amor y resistencia que conozco. En Edita he tenido la suerte de encontrar y ser encontrado, y creo que este sentimiento es común a cuantos entendemos que los sueños, las ideas y el arte, deberían estar siempre al servicio de quienes las necesitan y comparten, a quienes peregrinan con rumbo o sin él, a quienes llegan año tras año, a este rincón, al sur del sur, para celebrar la diversidad y comulgar con las diferencias. Aquí, y en cualquier otro lugar del mundo donde se celebre Edita, será difícil sentirse extraño o solo. Tal vez esta sea la razón, y el secreto de su larga vida, la frontera donde nos reconocemos y encontramos, donde damos sentido a los sentidos y entendemos lo imposible. 

Han pasado 20 años, de aquel Edita, de aquel 19 de abril de 1994, el mismo día que nació mi hijo, y yo editaba el primer número de la revista Aullido. Recuerdo que alguien me preguntó, con cierta sorna, cómo a una persona sin trabajo y en tierra extraña, se le ocurría ser padre, editar una revista de poesía y convocar un encuentro de editores independientes. "Para vivir sin miedo", me apresuré a contestar. Y es ahora, veinte años después, cuando el mundo parece desvanecerse, cuando más sentido le doy a mi respuesta.

Todavía me parece ver a uno de aquellos primeros editores llegados a Huelva, El Persa, subido sobre la silla del estrado en la Casa Colón, ante la mirada atónita del público, agitando y traduciendo en silencio, con ayuda de los banderines de señales marinas, las últimas palabras de Julio Verne en su lecho de muerte: "Sed buenos, sed buenos".

Durante veinte años, a uno y otro lado del Atlántico, allá donde Edita sucede y se celebra, hemos intentado ser buenos, en el sentido más inteligente y generoso de la palabra, a conciencia y sin miedo. Es así como Edita se llena de magia, nunca se repite, nos dibuja y convoca, y siempre es diferente. 

A veces me parece imposible que algo así termine, pero afortunadamente ya no depende sólo de mi, imagino que existirá mientras alguien lo convoque, y ya son cuatro los Edita entre las dos orillas, en Punta Umbría, en Brasil, en México y en Colombia, y este año en aquellas ciudades donde se quiso Nómada y salvaje.  "Como decirte adiós, si nunca fuiste mía"

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